la legaña o el cadáver de la lágrima
los restos nunca entraron
me pregunto cuántos ojos son muchos
tarde o temprano la impresión no le encuentra sentido seguir apretando
la mejor compañía es dejar sonar el teléfono
me afino con un grito
las cejas inventan su importancia
la lenta afonía de un No
la venganza es poder contarlo
la realidad necesita desaparecer para ser real